Alejandro Abad y la realidad de Eurovisión: «No gana la mejor voz, sino la mejor canción»
Alejandro Abad, veterano cantante y compositor que representó a España en Eurovisión en 1994, se ha pronunciado con contundencia tras la rueda de prensa de Melody, quien recientemente quedó antepenúltima con su canción «Esa diva». En sus declaraciones, Abad subrayó una realidad fundamental para el certamen: en Eurovisión no gana la mejor voz, sino la mejor canción. Este comentario cobra especial relevancia después de que Melody expresara ciertas críticas sobre la puesta en escena de su actuación y la gestión del proyecto por parte de RTVE.
La crítica de Abad a la puesta en escena y la importancia de la canción
En el análisis que Alejandro Abad realizó durante el programa Y ahora Sonsoles, dejó claro que, aunque Melody realizó una interpretación técnica y vocal destacable, el problema radica en otros aspectos que van más allá de la voz. Cuestionó la queja de la artista sobre la falta de recursos en la puesta en escena e ironizó: “¿Qué quería? ¿Poner un cohete? ¿El cabo Cañaveral?”. Para Abad, a menudo menos es más en el mundo artístico, y la clave está en cuidar los elementos desde el origen —la canción— porque si falla esta, falla todo lo demás.
La comisión de RTVE y sus “enchufados”: un obstáculo para el éxito
Más allá de las críticas a la puesta en escena, Abad ha señalado con firmeza que el verdadero problema de España en Eurovisión no es Melody ni el talento de sus representantes, sino la comisión de enchufados de RTVE. Según él, esta comisión elige las canciones y proyectos exclusivamente dentro de un círculo cerrado de amistades, lo que limita gravemente la calidad y diversidad musical presentada. Este hecho, añade, vulnera el potencial español y mantiene anuladas iniciativas externas con mayor mérito artístico o emocional.
Eurovisión: un festival de emociones y solidaridad, no solo de voz poderosa
Alejandro Abad también explicó que Eurovisión es un festival que premia la emoción y la solidaridad entre países, no únicamente la capacidad vocal. Por ejemplo, sugirió que una canción homenajeando a las víctimas de la DANA habría tenido una mejor acogida porque conecta con sentimientos profundos y actuales. La música, en su opinión, debe transmitir un propósito y valores sociales que impacten emocionalmente a la audiencia europea. Por ello, conceptos como la reivindicación o la denuncia social pueden ser más efectivos que la simple exhibición vocal.
Asesoramiento y trabajo en equipo: claves para representar a un país con éxito
En su intervención, Abad hizo hincapié en la necesidad de que el representante español esté bien asesorado y no actúe en solitario. Comparó la situación con un deportista que siempre va acompañado de un entrenador. Considera indispensable que el artista tenga un equipo competente que le guíe, desde la selección de la canción hasta la puesta en escena y la estrategia de promoción. Además, criticó que Melody lanzara un nuevo single justo antes de terminar Eurovisión, sugiriendo que el equipo sabía que el resultado no sería favorable y prefirieron adelantarse, reflejando una falta de coordinación profesional.
Los factores políticos y la realidad del voto en Eurovisión
Melody evitó pronunciarse sobre temas políticos relacionados con la participación de Israel, pero Alejandro Abad calificó esto como prudente y acorde a lo establecido. Asimismo, rechazó la idea de que la política sea la causa principal para que España no reciba votos, argumentando que si así fuera, países cercanos y aliados como Italia, Portugal o Grecia habrían otorgado puntos a España, cosa que no sucedió. El cantante subrayó que la clave está en la calidad artística y emocional del tema, no en las alianzas políticas.
Lecciones para futuras candidaturas españolas en Eurovisión
De todo lo expuesto por Alejandro Abad se pueden extraer varias lecciones esenciales para que España vuelva a competir con fuerza en Eurovisión:
- Seleccionar canciones con propósito emocional y social, que conecten con el público y transmitan un mensaje sólido.
- Evitar que la elección esté en manos de círculos cerrados o comisiones poco profesionales, fomentando la diversidad y el talento auténtico.
- Formar un equipo asesor multidisciplinar que acompañe al artista desde la preselección hasta la promoción post-concurso.
- Cuidar la puesta en escena con creatividad pero sin excesos que distraigan del mensaje principal.
- Priorizar la calidad de la canción y la estrategia musical sobre la exhibición vocal pura.